LECCIÓN 20 Estoy decidido a ver.

LECCIÓN 20

Estoy decidido a ver.


1. Hemos tenido hasta ahora una actitud bastante relajada con respecto a nuestras sesiones de práctica. 2 Apenas hemos tratado de dirigir el momento en que debes llevarlas a cabo; el esfuerzo requerido por tu parte ha sido mínimo, y ni siquiera se te ha pedido que cooperes o que te intereses activamente en ellas. 3 Este enfoque ha sido intencional, y ha sido planeado muy cuidadosamente. 4 No hemos perdido de vista lo importante que es invertir completamente tu manera de pensar. 5 La salvación del mundo depende de ello. 6 Mas no podrás ver si te sientes coaccionado o si te abandonas al resentimiento y a la oposición.

2. Ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estructura. 2 No interpretes esto erróneamente como un intento de querer ejercer presión o fuerza. 3 Deseas la salvación. 4 Deseas ser feliz. 5 Deseas la paz. 6 No lo has logrado todavía porque tu mente no tiene ninguna disciplina, y no puedes distinguir entre la dicha y el pesar, el placer y el dolor, o el amor y el miedo. 7 Ahora estás aprendiendo a diferenciar unos de otros. 8 Y grande en verdad será tu recompensa cuando lo logres.

3. Tu decisión de querer ver es todo lo que requiere la visión. 2 Lo que quieres se te concede. 3 No cometas el error de creer que el pequeño esfuerzo que se te pide es una indicación de que nuestro objetivo es de poco valor. 4 ¿Cómo iba a ser la salvación del mundo un propósito trivial? 5 ¿Y cómo podría salvarse el mundo si no te salvas tú? 6 Dios tiene un solo Hijo, y él es la resurrección y la vida. 7 Su voluntad se hace porque se le ha dado pleno poder en el Cielo y en la tierra. 8 Con tu decisión de querer ver, se te da la visión.

4. Los ejercicios de hoy consisten en que te recuerdes a ti mismo a lo largo del día que quieres ver. 2 La idea de hoy implica tácitamente también el reconocimiento de que ahora no ves. 3 Por lo tanto, cada vez que repites la idea, estás afirmando que estás decidido a cambiar tu estado actual por uno mejor, por uno que realmente deseas.

5. Repite la idea de hoy lentamente y a conciencia por lo menos dos veces por hora, y trata de hacerlo cada media hora. 2 No te desanimes si se te olvida hacerlo, pero esfuérzate al máximo por acordarte. 3 Las repeticiones adicionales deben aplicarse a cualquier situación, persona o acontecimiento que te perturbe. 4 Puedes verlos de otra manera, y los verás. 5 Verás lo que desees ver. 6 Ésta es la verdadera ley de causa y efecto tal como opera en el mundo.

Material de apoyo










LECCIÓN 20

Estoy decidido a ver.


Comentada por:

Jorge Luis Álvarez Castañeda


¡Que la paz sea con nosotros hoy!


El título de esta lección es una invitación a que  acudamos a la fuerza interna que nos ha movido en nuestra vida cuando tomamos una decisión importante. Todos la tenemos. El hecho mismo de que estemos haciendo estas lecciones es un indicador de ello. Hoy, nos dice, Jesús, que esa decisión de ver es el requisito de la visión. Para Jesús, la visión, también llamada la visión de Cristo o la percepción verdadera, es la visión que nos permite mirar más allá del cuerpo, hacia el espíritu que es nuestra verdadera identidad; es la visión del perdón y de la impecabilidad mía y de mi hermano; es una visión puramente interna que no se equipara con la visión física  y que refleja la decisión de aceptar la realidad de Dios en lugar de juzgarla; es un cambio de actitud del propósito que tiene el ego (el deseo de ser especial o especialismo) al propósito del Espíritu Santo (el perdón). 


Jesús nos dice en la lección:

_”Hemos tenido hasta ahora una actitud bastante relajada con respecto a nuestras sesiones de práctica. Apenas hemos tratado de dirigir el momento en que debes llevarlas a cabo; el esfuerzo requerido por tu parte ha sido mínimo, y ni siquiera se te ha pedido que cooperes o que te intereses activamente en ellas. Este enfoque ha sido intencional, y ha sido planeado muy cuidadosamente. No hemos perdido de vista lo importante que es invertir completamente tu manera de pensar. La salvación del mundo depende de ello. Mas no podrás ver si te sientes coaccionado o si te abandonas al resentimiento y a la oposición”_.


Por si nos faltara una prueba más de la amabilidad de Jesús. Él sabe de las resistencias que generan sus enseñanzas y como dice, intencionalmente, no ha querido imponernos exigencias para realizar las prácticas que las aumenten. Pero no ha perdido de vista que sus enseñanzas buscan invertir completamente nuestra manera de pensar. Porque sus enseñanzas cuestionan muchos aspectos de nuestra historia pasada que implican dejar el pasado y cuestionar todos los valores en que se basa este mundo del ego. Con la mirada del ego, hemos jugado a ser víctimas de lo que, supuestamente, me han hecho mis hermanos y el mundo. Con la mirada del Espíritu Santo, asumo mi responsabilidad sobre la manera como estoy interpretando lo que hacen mis hermanos y que es la verdadera causa de mi estado de ánimo. El estar decidido a ver es fundamental para la salvación. De ello depende, nos dice Jesús, la salvación del mundo.


Continúa Jesús en la lección:   


_”Ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estructura. No interpretes esto erróneamente como un intento de querer ejercer presión o fuerza. Deseas la salvación. Deseas ser feliz. Deseas la paz. No lo has logrado todavía porque tu mente no tiene ninguna disciplina, y no puedes distinguir entre la dicha y el pesar, el placer y el dolor, o el amor y el miedo. Ahora estás aprendiendo a diferenciar unos de otros. Y grande en verdad será tu recompensa cuando lo logres”_.


Jesús, nos llama la atención de que ya es hora de establecer cierta estructura en la práctica de las lecciones pero no es desde la presión o desde la fuerza. Es desde el convencimiento de que estamos entrenando nuestra mente a pensar con el Espíritu Santo y con Jesús para, de esa manera, adquirir la paz interior, la salvación y la felicidad  que necesitamos porque nuestra mente no tiene disciplina.  


Jesús, nos dice, en el capítulo 2 sección VI:

_”Tal vez creas que eres responsable  de lo que haces pero no de lo que piensas. La verdad es que eres responsable de lo que piensas porque es solamente en ese nivel donde puedes ejercer tu poder de decisión. Tus acciones son el resultado de tus pensamientos…Eres demasiado tolerante con las divagaciones de tu mente y condonas pasivamente sus divagaciones falsas”_. (T-2. VI.2:6-7, 4:6) 


Con las divagaciones de nuestra mente caemos en las ilusiones donde confundimos lo que creemos nos va a producir felicidad y construimos nuestros pequeños mundos particulares donde, creemos, vamos a ser felices. Pero, como actuamos basados en la carencia creemos que la felicidad nos la van a brindar los cuerpos, los objetos, los reconocimientos del mundo, desconociendo el carácter abundante de nuestra condición de Hijos de Dios. Por eso, dice Jesús, no podemos distinguir la dicha y el pesar, el placer y el dolor o el amor y el miedo. Jesús, nos asegura que cuando lo hagamos será grande la recompensa para nosotros. 


 Continúa Jesús en la lección:

_”Tu decisión de querer ver es todo lo que requiere la visión. Lo que quieres se te concede. No cometas el error de creer que el pequeño esfuerzo que se te pide es una indicación de que nuestro objetivo es de poco valor. ¿Cómo iba a ser la salvación del mundo un propósito trivial? ¿Y cómo podría salvarse el mundo si no te salvas tú? Dios tiene un solo Hijo, y él es la resurrección y la vida. Su voluntad se hace porque se le ha dado pleno poder en el Cielo y en la tierra. Con tu decisión de querer ver, se te da la visión”_.



La visión requiere mi decisión de querer ver con los ojos de Cristo y no del ego. El problema es que me aferro a mi deseo de ser especial, me aferro al pasado en cual encuentro justificación para no perdonar y mantener así la separación de mi hermano y de Dios. Si veo con los ojos de Cristo no me consideraré desde la carencia sino desde la abundancia, se me dará paz interior y, desde la paz, estaré en condiciones de tener todo lo que necesite. 


Cuando, Jesús, habla de salvar el mundo se refiere al mundo interno de nuestra mente mediante la sanación de todos los pensamientos no amorosos que tenemos cuando seguimos al ego. Jesús, es nuestro hermano mayor. Y el camino que Él siguió y lo que alcanzó, también, lo podemos alcanzar cada uno de nosotros cuando nos decidamos  a vernos como lo que somos: Hijos de Dios.

 

 

Continúa Jesús:

_”Los ejercicios de hoy consisten en que te recuerdes a ti mismo a lo largo del día que quieres ver. La idea de hoy implica tácitamente también el reconocimiento de que ahora no ves. Por lo tanto, cada vez que repites la idea, estás afirmando que estás decidido a cambiar tu estado actual por uno mejor, por uno que realmente deseas”_.


_”Repite la idea de hoy lentamente y a conciencia por lo menos dos veces por hora, y trata de hacerlo cada media hora. No te desanimes si se te olvida hacerlo, pero esfuérzate al máximo por acordarte. Las repeticiones adicionales deben aplicarse a cualquier situación, persona o acontecimiento que te perturbe. Puedes verlos de otra manera, y los verás. Verás lo que desees ver. Ésta es la verdadera ley de causa y efecto tal como opera en el mundo”_.


Jesús, quiere que reconozcamos que con la mirada del ego, en realidad, no vemos lo que realmente somos. Y nos hace un llamado para que nos decidamos a cambiar la mirada. Jesús, sabe que podemos hacerlo y él siempre va estar con nosotros motivándonos a seguir adelante y no desfallecer.  Y nos propone, para esta lección, una estructura diferente con repeticiones cada media hora que reafirmen la decisión de querer ver con la visión, con los ojos de Cristo. Si lo hacemos veremos un mundo diferente al que vemos con el ego.



Proceso de práctica de la lección.


Objetivo


Mantenernos en la decisión de querer ver para que de esa manera podamos recibir la visión.


Ejercicio


Repetir la idea del día dos veces por hora. Preferiblemente, cada media hora.


Repetirla lentamente y a conciencia dos veces por hora. Mejor cada media hora.


Si, en algún momento, olvidaste la práctica no te desanimas y esfuérzate por no olvidarlo de ahora en adelante.


Observaciones


En las 19 lecciones anteriores, Jesús, de manera intencional, no nos dio una estructura que demandara un mayor esfuerzo y compromiso de nuestra parte. Pero, ahora, nos propone que avancemos más en el entrenamiento y, por eso, nos da una estructura mayor para practicar. Se trata de que la veamos como una expresión de nuestra propia voluntad, no como una imposición. Es necesario que seamos conscientes de que estamos en un auto-entrenamiento mental básico para que realicemos el proceso de sanación de nuestra mente. Si hay dificultades pedimos ayuda al Espíritu Santo y a Jesús para realizar la actividad. Si no la podemos hacer, no pasa nada. Lo tomamos como una oportunidad para observar la resistencia que se presenta y perdonarla. La idea es retomar la actividad tan pronto podamos. No hay que cederle al ego que quiere que nos desanimemos.


Respuesta a la tentación


Si en algún momento del día sientes que pierdes la paz, repite lentamente:

Estoy decidido a ver.


Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les recomiendo estudiar y realizar la lección de la mano de Jesús y el Espíritu Santo. Y sin olvidarse de reír pues la Voluntad de Dios para nosotros es que tengamos perfecta felicidad.


Muchas, muchísimas, bendiciones.

Jorge Luis Álvarez Castañeda


Lección 20. 

ESTOY DECIDIDO A VER. 

Kenneth Wapnick


"Hay relativamente pocas lecciones como esta en el libro de ejercicios; la Lección 95 es especialmente similar. Su importancia no radica tanto en el tema específico, sino en que Jesús explica lo que está haciendo en estos ejercicios: cómo hacerlos y cómo no hacerlos. Comienza discutiendo las sesiones de práctica. 

(1:1-2) «Hemos tenido hasta ahora una actitud bastante relajada con respecto a nuestras sesiones de práctica. Apenas hemos tratado de dirigir el momento en que debes llevarlas a cabo; el esfuerzo requerido por tu parte ha sido mínimo, y ni siquiera se te ha pedido que cooperes o que te intereses activamente en ellas.» 

En otras palabras, Jesús está siendo muy amable. Él dice: “Tómate un minuto o dos, y si eso es demasiado, toma menos. Hazlo dos o tres veces al día. Si eso es demasiado, haz menos”. Él explica: 

(1:3-6) «Este enfoque ha sido intencional, y ha sido planeado muy cuidadosamente. No hemos perdido de vista lo importante que es invertir completamente tu manera de pensar. La salvación del mundo depende de ello. Mas no podrás ver si te sientes coaccionado, o si te abandonas al resentimiento y a la oposición.» 

Así, Jesús nos dice: “No estoy tratando de convencerte de que tengo razón y tú estás equivocado, ni estoy tratando de obligarte a creer en estos conceptos. Estoy siendo tan amable como puedo, solo te pido que me acompañes, creas o no en esto”. Esto no es un argumento. Ya que Jesús no está tratando de demostrar que estás equivocado y que él tiene razón, así que no debes tratar de demostrar que tienes razón y que él está equivocado. Nuestra «única» razón para revertir nuestra manera de pensar «no» debería ser «Jesús» sino «nosotros» mismos: porque si lo hiciéramos nos sentiríamos mejor. Volvernos felices es la motivación que Jesús está tratando de inculcar en nosotros, como veremos más adelante. Es importante proceder como lo harías con un par de zapatos nuevos: pruébalos y camina con ellos por un rato. Si se sienten cómodos, consérvalos; si no, descártalos. Y así, perdón por el juego de palabras, estamos listos para el siguiente paso cuando Jesús dice: "No te he estado dando mucha estructura «hasta ahora»": 

(2:1-5) «Ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estructura. No interpretes esto erróneamente como un intento de querer ejercer presión o fuerza. Deseas la salvación. Deseas ser feliz. Deseas la paz.» 

La motivación ahora es el foco. La motivación del ego es exactamente lo opuesto a la felicidad. Todos «dirían» que desean la salvación, la felicidad y la paz, pero siempre se adquieren a expensas de alguien más, una inevitabilidad del sistema de pensamiento del ego. Si he de ser feliz, tengo que obtener algo de alguien más; si tengo que obtener algo, alguien tendrá menos de ello. Esta es la esencia de la relación especial, un término, por cierto, que no aparece en absoluto en el libro de ejercicios, aunque claramente su dinámica de odio está reflejada claramente durante todo el libro. Jesús está tratando de decirnos que realmente «deseamos» la salvación, lo que significa que realmente «deseamos» estar libres de nuestra culpa. Realmente «deseamos» ser felices y estar en paz. 

(2:6) «No lo has logrado todavía porque tu mente no tiene ninguna disciplina,..» 

Si tienes alguna pregunta sobre esto, solo piensa en lo difícil que es para ti ir por tu vida dándote cuenta de que cada cosa que ves o a la que reaccionas literalmente no se encuentra ahí. Esto provee algún tipo de idea de la naturaleza indisciplinada de tu mente. Puedes estar atento ahora mismo y entender todo lo que está siendo dicho. Sin embargo, está casi garantizado que en cuestión de minutos, si no segundos, volverás a tu vieja forma de ser: abrigar resentimientos, alterarte acerca de algo y creer que no existe conexión entre tus pensamientos y las imágenes que percibes. Eso es lo que Jesús quiere decir con tener una mente "indisciplinada". Él no nos está reprendiendo, sino simplemente diciendo: "Debes reconocer que esto es verdad. De lo contrario no me dejarás ayudarte.” 

(2:6-8) "...y no puedes distinguir entre la dicha y el pesar, el placer y el dolor, o el amor y el miedo. Ahora estás aprendiendo a diferenciar unos de otros. Y grande en verdad será tu recompensa cuando lo logres." 

Este es un tema importante en Un Curso de Milagros, tanto aquí como en el texto (por ejemplo, T- 7.X; T-8.II; T-19.IV-B.12-15). No ha sido la primera vez que hemos hecho esta observación, ni será la última. Va al corazón del intento de Jesús de motivarnos a aprender su curso para que seamos verdaderamente felices y dichosos. Normalmente, lo que nos trae alegría y placer es obtener lo que queremos. Creemos que el amor es especialismo - tener nuestras necesidades satisfechas - y no somos conscientes de que esto es parte del sistema del ego, por lo que sólo nos traerá culpa y dolor. 

(3:1) «Tu decisión de querer ver es todo lo que requiere la visión.» 

El problema es que no queremos ver, y por eso Jesús primero tiene que ayudarnos a que nos demos cuenta de cuánto no queremos, un deseo que proviene del reconocimiento de que si vemos a través de sus ojos ya no podremos culpar a nadie más. Ver a través de sus ojos significa que la realidad no es lo que percibimos afuera, sino su amor por nosotros, el reflejo de la realidad del Amor de Dios. 

Por lo tanto, debemos ser conscientes de cuánto no queremos renunciar a la certeza de que tenemos razón con respecto a nuestras percepciones, porque ciertamente no queremos renunciar a nuestra certeza sobre lo que percibimos dentro, nuestro yo pecaminoso y culpable. Por más dolorosa que pueda ser esa autoimagen, sigue siendo «mi» autoimagen egoica lo que establece «mi» existencia. Me recuerdo ahora de uno de los poemas favoritos de Helen, se trata de un fragmento de un poema de Yeats - ella usualmente lo recitaba mal, por cierto - el fragmento del poema dice así: “Siendo pobre tengo únicamente mis sueños y los he esparcido delante de tus pies, camina sobre ellos suavemente, porque se trata de mis sueños.” 

(3:2-8) «Lo que quieres se te concede. No cometas el error de creer que el pequeño esfuerzo que se te pide es una indicación de que nuestro objetivo es de poco valor. ¿Cómo iba a ser la salvación del mundo un propósito trivial? ¿Y cómo podría salvarse el mundo si no te salvas tú? Dios tiene un solo Hijo, y él es la resurrección y la vida. Su voluntad se hace porque se le ha dado pleno poder en el Cielo y en la tierra. Con tu decisión de querer ver, se te da la visión.» 

El lenguaje en estos pasajes es claramente bíblico: términos y descripciones de Jesús en el Nuevo Testamento. Él es el Hijo de Dios, y "la resurrección y la vida", y "todo poder le es dado en el Cielo y en la tierra". Pero Jesús nos está diciendo aquí: "Sí, esto es cierto acerca de mí, pero también es cierto acerca de ti. Más aún, ¿cómo podría salvarse el mundo si no te salvas tú?”. Es obvio que este mundo no es externo, porque el enfoque de Jesús está siempre en lo interno - lo que «pensamos». Nuevamente, debemos sentirnos motivados a «pensar» de manera diferente para que podamos entonces «ver» de manera diferente. 

(4) «Los ejercicios de hoy consisten en que te recuerdes a ti mismo a lo largo del día que quieres ver. La idea de hoy implica tácitamente también el reconocimiento de que ahora no ves. Por lo tanto, cada vez que repites la idea, estás afirmando que estás decidido a cambiar tu estado actual por uno mejor, por uno que realmente deseas.» 

Así es como Jesús comienza el proceso de cambiar nuestra motivación - de la culpa a la felicidad. No deseamos ver ahora porque creemos que la visión nos traerá dolor. Únicamente cuando aprendemos que la visión trae felicidad es que vamos a desear cambiar de la forma de ver que tiene el ego. 

(5:1-2) «Repite la idea de hoy lentamente y a conciencia por lo menos dos veces por hora, y trata de hacerlo cada media hora. No te desanimes si se te olvida hacerlo, pero esfuérzate al máximo por acordarte.» 

Jesús nos está introduciendo lenta y gentilmente al concepto sumamente importante del pecado en contraposición con el error. Olvidar la idea de hoy no es un pecado, sino simplemente un error que deseamos corregir «para que podamos sentirnos mejor». La gentil enseñanza de Jesús deshace la aspereza y la severidad del ego y nos proporciona un modelo de bondad para «todas» nuestras interacciones. 

Y finalmente: 

(5:3-6) «Las repeticiones adicionales deben aplicarse a cualquier situación, persona o acontecimiento que te perturbe. Puedes verlos de otra manera, y los verás. Verás lo que desees ver. Ésta es la verdadera ley de causa y efecto tal como opera en el mundo.» 

Si vemos separación, venganza, traición o sufrimiento, es a causa de que «deseamos» verlos. Este deseo es la causa, y lo que vemos es el efecto. Jesús está tratando de convencernos de que realmente deseamos ver de otra manera. Obviamente todavía no estamos del todo convencidos." 

~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martínez. 




LECCIÓN 20

"Estoy decidido a ver"


Comentada por:

Oscar Gómez Díez 


METODOLOGÍA: NUEVOS ELEMENTOS:


Esta es una lección muy importante no sólo por el tema del día, sino también, por los elementos metodológicos que introduce, y que son válidos para todo el libro de ejercicios, y no sólo para esta lección. Esta lección hace un corte con las 19 anteriores y se nos explica porqué:

 "Hemos tenido hasta ahora una actitud bastante relajada con respecto a nuestras sesiones de práctica. Apenas hemos tratado de dirigir el momento en que debes llevarlas a cabo; el esfuerzo requerido por tu parte ha sido mínimo, y ni siquiera se te ha pedido que cooperes o que te intereses activamente en ellas."      

Si bien el contenido de las primeras 19 lecciones nos pudieron ser difíciles de comprender, por ser un desafío frente a nuestra percepción tradicional del mundo, la práctica era mínima:  3 o 4 veces al día de un minuto de duración o incluso menos. Ahora se hace un corte, y se nos dice que "Este enfoque ha sido intencional, y ha sido planeado muy cuidadosamente."*. A lo largo de las primeras 19 lecciones se nos fue enseñando la forma de pensar de la mente gobernada por el ego, y a negar su realidad. La práctica era mínima, los ejercicios no demandaban mucho de nosotros, tan solo 4 minutos al día, y este poco tiempo puede interpretarse como de poca importancia, pero el Curso tiene un propósito de fondo, y este no se ha olvidado, *"No hemos perdido de vista lo importante que es invertir completamente tu manera de pensar. La salvación del mundo depende de ello." Nuestro propósito es invertir el sistema de pensamiento del ego basado en el miedo, por el sistema de pensamiento del Espíritu Santo, basado en el amor y el perdón, y esto no lo vamos a lograr con 4 minutos diarios de práctica o menos, con lo indisciplinados que somos, donde olvidamos practicar lo que verdaderamente nos puede salvar, nos puede sanar en la causa de todos nuestros problemas, en nuestra mente. El ego va ofrecer múltiples resistencias, al principio podremos tener una  actitud amorosa con los ejercicios, y más tarde, expresar rabia, resentimientos o insultos, será normal, debemos tenernos paciencia mientras avanzamos en nuestro aprendizaje, pero no debemos justificar nuestros arrebatos egoicos, solo reconocerlos y perdonarlos. Debemos entrenarnos para vigilar nuestros pensamientos y transformar nuestra mente, y ello va a requerir de una práctica cada vez más intensa. 

 

ESTRUCTURA Y DISCIPLINA:


"Ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estructura." Que nos quiere decir Jesús con estructura? 

La estructura se define como: "la disposición y distribución de las partes de un todo, cuyo orden y relación entre sí permiten el funcionamiento de un determinado sistema." 

El Curso es todo un sistema de pensamiento completo, y nuestro aprendizaje tiene una serie de elementos que debemos considerar. 

La función principal de las estructuras es soportar las cargas, por ejemplo, la estructura que soporta un edificio. En el caso de Un Curso de Milagros la estructura del aprendizaje se va a soportar sobre una disciplina y una práctica sostenida durante 365 días,  mientras el aprendizaje avance, nos van a demandar más tiempo a lo largo de cada día, y debemos tener la disciplina suficiente para acordarnos de la práctica diaria. La disciplina que pongamos va a reflejar nuestro compromiso con nuestra propia transformación interior, con la sanación de nuestra mente, con la conquista de la paz y la felicidad. 

Jesús nos pide que no intérpretes la idea de incorporar una mayor estructura y disciplina en el estudio y la práctica del Curso "como un intento de querer ejercer presión o fuerza." Se trata de definir y elegir que es lo que en verdad queremos: "Deseas la salvación. Deseas ser feliz. Deseas la paz. No lo has logrado todavía porque tu mente no tiene ninguna disciplina, y no puedes distinguir entre la dicha y el pesar, el placer y el dolor, o el amor y el miedo." Si lo que se verdad deseamos es la paz y la felicidad, debemos entrenarnos para cambiar aquellos aspectos de nuestra mente que nos impiden experimentar el amor y sus atributos. Por ahora estamos aprendiendo a diferenciar entre el miedo y el amor, el conflicto y la paz, el sufrimiento y la felicidad. "Y grande en verdad será tu recompensa cuando lo logres." la recompensa será la visión interior, la visión de Cristo.  "Tu decisión de querer ver es todo lo que requiere la visión. Lo que quieres se te concede." Siempre podemos elegir, entre el miedo y el amor, nuestra voluntad de amar y perdonar marcará la diferencia. 


"Estoy decidido a ver." del ejercicio de hoy, reafirma las lecciones anteriores, que realmente no vemos, pues lo que vemos carece de significado, lo que vemos con los ojos del cuerpo es ilusorio, pero. "Mas no podrás ver si te sientes coaccionado o si te abandonas al resentimiento y a la oposición." El Curso nos llevará a ver de verdad, a percibir el mundo real, a esto lo llama la visión, la visión espiritual, la visión interior, y la lograremos a través del perdón. 


NO MINIMICES EL ALCANCE DEL CURSO:


El hecho que las primeras 19 lecciones no eran tan exigentes en las prácticas, no significa que el propósito que tenemos sea de menor valía, "No cometas el error de creer que el pequeño esfuerzo que se te pide es una indicación de que nuestro objetivo es de poco valor.  ¿Cómo iba a ser la salvación del mundo un propósito trivial?  ¿Y cómo podría salvarse el mundo si no te salvas tú?"


La lección nos recuerda con algunos pasajes bíblicos, de que no estaremos solos en nuestro proceso para el logro de nuestro objetivo, pues contamos con el apoyo de Cristo, el Hijo de Dios, "él es la resurrección y la vida. Su voluntad se hace porque se le ha dado pleno poder en el Cielo y en la tierra." La salvación depende de nuestra voluntad y nada más que de nuestra voluntad, "Con tu decisión de querer ver, se te da la visión." dejémonos guiar por el Espíritu Santo y obtendremos no sólo  la visión, sino también la salvación, el camino de regreso a casa, al corazón de Dios. 


PRÁCTICA:


Repetir la idea de hoy "Estoy decidido a ver" dos veces por hora, cada media hora. Esto implica un cambio respecto a las lecciones anteriores de 3 veces por día.  Hoy tendremos un ritmo sostenido todo el día, un minuto  cada media hora. Aumentamos la intensidad, y va requerir mayor disciplina de nuestra parte, es lo que Jesús llama introducir estructura en nuestro aprendizaje. 

"Los ejercicios de hoy consisten en que te recuerdes a ti mismo a lo largo del día que quieres ver. La idea de hoy implica tácitamente también el reconocimiento de que ahora no ves. Por lo tanto, cada vez que repites la idea, estás afirmando que estás decidido a cambiar tu estado actual por uno mejor, por uno que realmente deseas."


"Repite la idea de hoy lentamente y a conciencia por lo menos dos veces por hora, y trata de hacerlo cada media hora. No te desanimes si se te olvida hacerlo, pero esfuérzate al máximo por acordarte."


RESPUESTA A SITUACIONES QUE TE PERTURBEN:


"Las repeticiones adicionales deben aplicarse a cualquier situación, persona o acontecimiento que te perturbe. Puedes verlos de otra manera, y los verás. Verás lo que desees ver.  Ésta es la verdadera ley de causa y efecto tal como opera en el mundo."



CELEBRANDO EL MILAGRO 


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BENDICIONES!




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